Para prepararla solo se necesitan cuatro ingredientes básicos: harina, agua, sal y huevo. La pasta fresca es más sencilla de preparar de lo que parece, y con un poco de traza, pero sobre todo conociendo los consejos adecuados, podremos prepararla de mil formas diferentes y servirla de la manera que más nos guste.
- DIFERENCIA
La pasta seca es industrial y contiene sémola de trigo duro y agua, mientras que la pasta fresca está hecha con harina de trigo y huevos, principalmente.
- FORMAS
Podéis encontrar pasta fresca con formas diversas: pasta larga, como por ejemplo espaguetis y tallarines, o pasta corta, como por ejemplo penne, macarrones, espirales, etc.
- TIENDAS
Podéis encontrarla en grandes superficies, muchas marcas la hacen de manera industrial, pero, si de verdad queréis disfrutar de la pasta fresca, lo que tenéis que hacer es comprarla en tiendas especializadas, donde la hacen a mano cada día, para disfrutarla en el punto óptimo.
- COCCIÓN
Mucho más corta que la de la pasta seca, puesto que solo harán falta dos o tres minutos. Se tiene que escurrir y usarla directamente.
- CONSERVAR
Se puede congelar o refrigerar, a pesar de que dura muy poco tiempo. Si es envasada, puede durar unos días, pero si la hemos comprado fresca a granel la tendríamos que consumir en dos días.
- EBULLICIÓN
Hau que poner el triple de agua que de pasta en una olla con sal y esperar a que hierva, echar la pasta y contar a partir de que vuelva a hervir.
- SALSAS
La pasta fresca combina con infinidad de salsas, desde las clásicas (pesto, carbonara, boloñesa) hasta las más actuales (de setas, de foie o de cuatro quesos).
- SALTADA
La pasta fresca también se puede hacer saltada con verduras, setas, frutos secos, carne a dados, marisco, etc.
- PRINCIPAL
La pasta la podemos usar como plato principal o también podemos hacer ensaladas, como integrante de sopas y cremas, o hacerla de guarnición de platos de carne o de pescado.
- EXÓTICA
También podemos hacer platos más exóticos, como por ejemplo el ramen, los yakisoba y los udon.