Habéis sabido de los piratas gracias a los libros de historia y la literatura y los habéis visto en centenares de películas, pero... Más allá de buscar tesoros y abordar barcos, seguro que nunca os habéis preguntado qué comían los piratas para hacer frente a la dura vida del mar. A continuación os mostraremos algunos de los alimentos básicos de la "cocina" pirata.
Gallinas: Gracias a las colonias que los europeos habían abandonado en algunas islas caribeñas, los piratas pudieron tener acceso a animales de granja que vivían en las praderas de los islotes. Las gallinas fueron de gran ayuda para muchas tripulaciones, ya que, más que por su carne, eran codiciadas por sus huevos, con los que conseguían alimento de forma constante y una dieta más equilibrada. Generalmente se cocinaban en un pequeño fogón pero también se tomaban crudos, ya que aportan bastante proteína. En ocasiones se mezclaban con bebidas alcohólicas como el ron.
Pescados: Uno de los alimentos más comunes dentro de un barco pirata. Al estar constantemente navegando por los océanos del mundo, los piratas pescaban habitualmente para hacer frente al hambre. La opción más sencilla, para no implicar la hoguera y mantener el alimento en buen estado durante meses, era la de deshidratar la carne. Este era un proceso bastante común, especialmente por los bucaneros.
Tiburones: Algunos marineros con una valentía digna de en Jack Sparrow, pescaban (o arponeaban) tiburones de un tamaño considerable. Era un trabajo forzoso y no muy habitual pero cuando no se podía disponer otros víveres era una buena alternativa ya que su carne es muy sabrosa y tiene una textura, como tantas veces hemos escuchado, similar a la del pollo.
Cerdos: Del mismo modo que con las gallinas, los cerdos eran animales bastante comunes en las islas, ya que, en muchas ocasiones se reprodujeron y, por consecuencia, formaban parte de la fauna del ecosistema caribeño. Cuando los piratas acampaban en las islas, la forma más común de cocinar el cerdo era asándolo.
Quesos: De los puertos o los saqueos se obtenían diferentes quesos, habitualmente de cabra, ya que eran los animales de la ganadería de las islas caribeñas. No obstante, no era muy común disfrutar de este lujo en un barco pirata. Depende, eso sí, de que se considerara un lujo por los piratas... Seguro que te imaginas que una buena copa de vino o ron era más apreciada que cualquier lácteo.
Tortugas: Otro imprescindible de la cocina pirata. La tripulación buscaba los lugares donde anidaban las tortugas y les daban la vuelta sobre su coraza, facilitando así su captura. Muchas veces las mantenían vivas en la bodega del barco antes de cocinarlas y se comían sus huevos. También era habitual salar su carne para conservarla durante largos periodos de tiempos. No obstante, las sopas que se preparaban eran una de las comidas más apreciadas.
Ratas: Aunque pueda pareceros un animal poco atractivo, las ratas salvaron más de una vida en el siglo XVII. Durante las largas travesías por mares y océanos, si la comida escaseaba, las ratas eran una alternativa viable. Se cree que por desesperación (y con mucho condimento), su carne, rica en vitamina C, ayudó a unos cuántos marineros a combatir el escorbuto, que dejaba sin fuerzas los tripulantes. La forma más sencilla de cocinarlas era hirviéndolas en una cazuela.