Es uno de los azules más recomendables para comer, puesto que, como es pequeño, acumula menos metales pesados
Verat
Un azul de nombre 'scomber scombrus': la caballa (Scomber scombrus) es un pescado azul de entre 250 gramos y 4 kilos que puede medir entre 18 y 50 centímetros, con pequeñas escamas en la piel.
De aquí y de allá, siempre sabroso: de cuerpo delgado y color azulado, la caballa vive en aguas mediterráneas, atlánticas y asiáticas.
Ideal para la plancha, pero a la vez versátil: es un pescado que admite múltiples elaboraciones, tanto al horno como la brasa, a la plancha, hecho a filetes y frito, en escabeche o guiso.
Especialista de platos japoneses en crudo: no conviene cocer demasiado la caballa, por lo cual muchas veces se usa marinado o casi crudo, como el famoso 'shimesaba' japonés, o en tartar y cebiches, o en conserva y ahumado.
Un habitual del palco: la caballa es un pescado bastante económico y fácil de encontrar en el mercado, aparte de ser uno de los pescados con más omega-3 que hay.
Los romanos hacían garum: antiguamente, en la época de los romanos, en Cartagena se pescaban muchas caballas, que se aprovechaban sobre todo para hacer garo.
Un pescado preprimavera: la mejor temporada para comprar caballa es entre febrero y mayo, cuando encontraremos ejemplares con el mejor precio y llenos de sabor.
Poco amigo de las dietas bajas en ácido úrico: es un pescado rico en vitaminas B, A y D, potasio, hierro, magnesio, fósforo y yodo. Sólo está contraindicado para personas que sufren gota, puesto que tiene un contenido elevado de purinas que se transforman en ácido úrico.
Fácil de identificar a la pescadería: cuando lo veáis a la pescadería, no os costará distinguirlo de otros pescados parecidos, porque tiene un lomo característico de color azul verdoso cruzado por líneas horizontales oscuras, a veces onduladas, y el vientre plateado.
Sin metales perjudiciales: como es un pescado pequeño, a diferencia de otros pescados azules más gordos, tiene una acumulación de metales pesados prácticamente inexistente.