Abordar el tema de las cocas dulces es entrar en un terreno inabarcable, lleno de cruces, curvas y escondrijos, porque casi en cada pueblo hay una especialidad con una receta y un nombre propios, y en cada casa, una versión.
'Coca' es una palabra genérica que sirve para definir una base de masa de harina amasada y cocida, de forma ovalada o alargada, en la cual se añaden varios ingredientes.
Hay infinidad de tortas y de cocas con los nombres más diversos: de Llavaneres, de Farners, de Igualada, de Sarroca, de la Cerdaña, de Perafort, de Vilafranca, de Montserrat, de requesón, de membrillo, de piñones, de 'vidre', fina, de 'bamba', de 'llanda', de manzana, de cerezas, de 'massana', de almendras, de yogur, de miel, de calabaza, de 'panoli'...
Unas cuentan con siglos de tradición; otras son inventos más recientes que la perseverancia, el tiempo e incluso el 'marketing' acabarán por convertir en tradicionales. La coca, pues, es una de las especialidades más populares de la cocina catalana, y en sus orígenes, en la Edad Media, estaba estrechamente vinculada con las fiestas. Este vínculo de la repostería con las fiestas todavía perdura, a pesar de que actualmente muchas cocas se pueden encontrar todo el año.
Coca de 'vidre'
Se atribuye su origen a la masa que sobraba el día de enharinar. Se allanaban los pedazos de pasta que no eran lo bastante grandes para hacer un pan, y encima ponían lo que tenían en la despensa, que a menudo era una mezcla de ingredientes dulces y salados, como por ejemplo queso fresco y miel.
Las cocas que han llegado a nuestros días, que se cuentan por decenas, son una evolución de las cocas medievales. En el siglo XVIII, en las casas pudientes se sofisticaron las masas introduciendo ingredientes como huevos, azúcar, mantequilla o leche para obtener cocas de brioche más refinadas, aromáticas y esponjosas. Y a finales del siglo XVIII también se introdujo el hojaldre. Entre los menestrales, empero, la masa era siempre de pan.
Las cocas estaban muy vinculadas con la religión y las fiestas, eran una comida muy popular; y esta tradición todavía persiste, algo que se pone de manifiesto cuando llega el Jueves Lardero, momento en el que los hornos y las pastelerías se llenan de cocas de 'llardons', y también por San Juan, cuando las cocas alargadas, doradas y cubiertas de frutas confitadas, piñones y azúcar incitan a la glotonería.
Coca de brioche Gemma Clofent
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