El aumento de personas con intolerancias alimentarias ha reinventado el ámbito de la croqueta, para que todo el mundo pueda disfrutar de ella sin problemas.
- Sin lácteos: las personas con intolerancia a la lactosa tienen que hacerlas con patata, leches vegetales o caldos y con margarina o aceite. Eso sí, si las hacéis con aceite, ¡tened cuidado con la elaboración de la masa, porque os puede quedar muy líquida!
- Vegetarianos y veganos: se pueden hacer sin carnes jugando con leches vegetales y cereales para espesar la masa. También se pueden hacer con harina de garbanzo y quinoa o con mijo y frutos secos picados.
- Celiacos: tienen que recurrir al arroz como sustituto de la harina de trigo, o también a la harina de maíz, de soja, de mandioca, fécula de patata o al almidón de arroz.
- Sin huevo: los que no pueden comer huevos, tienen que rebozarlas con cerveza o leche.