Amarillo o verde, esférico o alargado, el calabacín llega al mercado con colores y formas diversas.
- Verd: Es el tradicional calabacín alargado, típico del Mediterráneo. Es aromático, de textura firme y apto para el rebozado. Se encuentran las subvariedades Sofia, de color oscuro, y Samara, de color verde brillante.
- Minicarbassó: No es una variedad específica, sino ejemplares de una cosecha muy temprana. Cortados a lonchas pequeñas, se pueden comer crudos, en ensaladas. También van bien para salteados y preparaciones al vapor.
- Claro: destacan dos subvariedades: la Grison, de color verde claro y con puntos grises, y la Clarita, de color más blanco todavía.
- Amarillo: Es dulce y de textura más blanda. En los fogones, se puede usar por sopas y cremas.
- Redondo: Típico de Italia, en Cataluña los buscan los ciudadanos procedentes de México y América Central, donde lo conocen como 'zapallo' o 'zapallito'. De color verde, se presentan para los rellenos.
- Calabacín con flor: La delicadeza por excelencia, con la flor independiente. La piel es muy tierna; la pulpa, firme y blanda; la flor, fresca y con todo el sabor. Salteado, a la plancha, rebozado...