A partir de ahora, se harán estudios de las repercusiones que ha supuesto la covid y se podrán comparar los efectos de las diferentes medidas que se han aplicado en cada país.
Los científicos hacen su trabajo, pero construir evidencias pide tiempos. haya o no haya, los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales tienen que hacer la suya, calculando las posibilidades y los recursos. Y, en una situación así, la urgencia y la incertidumbre del momento complican extraordinariamente cada decisión que se toma.
Pero para la gente de la calle, bono y sabiendo que cada lugar tiene una realidad diferente, no ha sido nada fácil ver cómo, mientras en algunos se permitían ciertas cosas, en otros se prohibían. Que mientras unos restringían la actividad otros podían abrir libremente o, cuando menos, recibían ayudas compensatorias importantes.
Agravio comparativo
La sensación de agravio comparativo hace daño de barriga, sobre todo cuando estás luchando para no perder la manera cómo te ganas las algarrobas, porque este virus asesino, que ha hecho tanto de mal, ha perjudicado especialmente la hostelería. Pero de lamentaciones no se vive y hay que pasar el luto rápidamente y continuar remando con fuerza. Y cómo que incluso de las desgracias se aprende, el sector tiene que sacar conclusiones para fortalecerse.
De entrada, estudiar cómo se puede lograr la consideración que merece el que demasiadas veces se percibe por los que mandan cómo un hormiguero irrelevante de bares y restaurantes independientes esparcidos por las calles y los pueblos del territorio, pero que forma un clúster estratégico para el sistema alimentario y la cohesión social. Es un clúster enorme que, por todo el que significa en cifras, servicios y personas —y por el que hace lucir el país al resto del mundo— hace falta mimar.
Innovar, sin miedo
También tenemos que ver cómo se pueden aprovechar las tendencias que quedarán, cómo el gusto por los aires libre. Por suerte, vivimos en un país privilegiado, en este sentido. Podemos mejorar desarrollando maneras divertidas, elegantes y respetuosas de comer y beber a la fresca. Habrá que innovar, sí, pero esto, aquí, no ha hecho nunca miedo, y menos a los del ramo.
También habrá que colaborar para competir con las tendencias assimiladores cargadas de capital que llegan para quedárselo todo. Habrá que modernizar, adoptar y adaptar nuevas líneas de negocio. Habrá que digitalizar y ser sostenibles. Habrá que mantener la diferencia excelente, aumentar la productividad y mejorar las condiciones para atraer talento al sector. Para conseguir que el futuro sea tan vive cómo las calles recuperadas.
