Las costillas de cerdo no sólo pertenecen en Texas. En casa nuestro tenemos varias opciones para una comida deliciosa (y fuerza llardós). A continuación os proponemos algunas.
Costelles de porc duroc confitades Becky Lawton
Acostumbrados a freír las costillas, Carme Ruscalleda os ofrece un a versión donde las costillas se confitan. A pesar de ambos procesos pueden hacerse con aceite, la diferencia recae en la temperatura y el tiempo. Además, para hacer más sabrosa la carne se puede preparar una salsa teriyaki, que os recomendamos que servís en un bol apart.
Costillas de cerdo caramel·litzades al horno y sake
Una receta innovadora que os sorprenderá por el uso del licor de arroz más consumido en Japón, el sake. Es una receta salada pero la miel, los dàtils y las manzanas le otorgarán un contraste ligeramente dulce que, al igual que con carnes como el pollo, con las costillas de cerdo combinan a la perfección.
Costillas de cerdo asadas con vino blanco y lima
Refrescante, divertida y muy llardera, esta receta os propone asar las costillas al horno con pinceladas de quètxup. El protagonista, no obstante, será la salsa de perejil y lima, que aplicaremos a las costillas después de la fornada.
Costillas de cerdo confitadas con puré de moniato
Cómo con el 'pulled pork' americano, aquí desmenuzaremos las costillas, que previamente habrán sido fornejades con salsa Perrins, vino blanco y soja. La carne mezclada con el puré de moniato os hará plantearos porque no lo habéis preparado nunca antes como una alternativa a la patata de siempre. Todo un descubrimiento.
Costelló de cerdo
Una opción diferente que os propone hacer el costelló a fuego lento con peras y una salsa derivada de su propio zumo con una consistencia de caramelo. El cerdo quedará tierno y la salsa le dará uno un toque dulce.
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