Arroz con leche sin azúcar

Por Marta Sanahuja

Tipo de plato Postres

Vegetariana Sin
gluten

Ingredientes

1 l de leche fresca, pasteurizada
90 g de arroz redondo
la piel de una naranja
Naranja
Fruta originaria del sur de China convertida hoy en habitual gracias a su fácil conservación y transporte; mucho más rápido que cuando el cardenal francés Mazarino, en el siglo XVII, se las hacía llevar por correo especial desde Portugal.

Inicialmente amarga (todavía hoy se emplea para hacer la confitura), la naranja evolucionó primero hacia la dulzura, de la mano de los árabes, y después hacia el zumo, sobre todo cuando a mediados de siglo XX se puso en marcha la concentración y refrigeración de este. Generalmente de la variedad navel, de las más precoces, con un pequeño embrión en forma de chichón u hoyo en su punto más extremo, suele ser empleada en forma de piel sin pulpa (el 'zeste' de los franceses o de los cócteles); deshecha en gajos (pelados 'a sangre', o sea, sin piel), o en zumo, integrada en salsas de platos como el pato a la naranja.
y de medio limón
1 vaina de vainilla
Vainilla
La auténtica —no hablamos de la que se elabora por síntesis química— nace de la orquídea trepadora, una flor con más de 50 especies, que habitan en la región tropical del planeta. La mejor proviene de la especie 'Vanilla planifolia'. La pequeña vaina (de ahí viene su nombre) se cosecha cuando abandona el color verde para amarillecerse. Después pasa por varios procesos de secado y fermentado, que acaban dándole el aspecto y las propiedades de olor y sabor que conocemos. Tiene un interior lleno de pequeñas semillas y una pulpa ennegrecida, responsable de buena parte de sus propiedades gustativas, gracias al contenido en vanilina. Conservada en botes herméticos, si se cubre con azúcar, este se perfumará, convirtiéndose en azúcar avainillado.
2 ramas de canela
Canela
Fruto del secado de la corteza superficial de un árbol pariente del laurel, en cuyas ramas se hace un corte a lo largo. Al hacerlo, la corteza se va secando y enrollando sobre sí misma, formando los clásicos bastones de la canela en rama, que después pueden ser molidos para hacer la canela en polvo, de sabor más potente pero más alterable. En el mercado, podemos encontrar dos calidades principales y muy diferentes: la canela de Ceilán, la mejor, fina como el papel y mucho más aromática, y la canela de China, menos delgada, menos aromática y con un gusto un poco picante. Tradicionalmente vinculada a la repostería, nuestra cocina emplea también la canela para perfumar platos de carne. Sus propiedades digestivas la asocian a ciertas infusiones como el chocolate y el vino caliente. Hay que conservarla en un recipiente hermético y preservarla de la humedad y la luz.
2 cucharadas de mantequilla de anacardos
Anacardo
Fruto seco producido por un árbol originario del nordeste de Brasil que los indígenas denominaban 'cajú' (los franceses lo denominan 'noix de cajou') y que los portugueses trasladaron a la India por su aclimatación. El fruto se forma en una nuez en forma de judía que sobresale de lo que, aparentemente, es el fruto, pero que no es más que la base de la flor, muy ensanchada. Una vez eliminada la cáscara dura y la piel que lo cubre, puede ser presentado crudo, tostado, o tostado y salado en cóctel de frutos secos.

La cocina hindú suele utilizarlos también en curris y otros guisos, con la precaución de incorporarlos hacia el final de la cocción para evitar que se ablanden y se deshagan, dada su textura más blanda. Una textura que permite convertirlos en una mantequilla comparable a la de cacahuete, aunque más dulce.
(o de cualquier fruto seco)
4 cucharadas de caramelo de dátil (dátiles triturados hasta que se conviertan en crema)
200 ml de agua para cocer el arroz
canela en polvo y ralladura de naranja
Naranja
Fruta originaria del sur de China convertida hoy en habitual gracias a su fácil conservación y transporte; mucho más rápido que cuando el cardenal francés Mazarino, en el siglo XVII, se las hacía llevar por correo especial desde Portugal.

Inicialmente amarga (todavía hoy se emplea para hacer la confitura), la naranja evolucionó primero hacia la dulzura, de la mano de los árabes, y después hacia el zumo, sobre todo cuando a mediados de siglo XX se puso en marcha la concentración y refrigeración de este. Generalmente de la variedad navel, de las más precoces, con un pequeño embrión en forma de chichón u hoyo en su punto más extremo, suele ser empleada en forma de piel sin pulpa (el 'zeste' de los franceses o de los cócteles); deshecha en gajos (pelados 'a sangre', o sea, sin piel), o en zumo, integrada en salsas de platos como el pato a la naranja.
(para decorar)

Arroz con leche sin azúcar

Ingredientes

1 l de leche fresca, pasteurizada
90 g de arroz redondo
la piel de una naranja
Naranja
Fruta originaria del sur de China convertida hoy en habitual gracias a su fácil conservación y transporte; mucho más rápido que cuando el cardenal francés Mazarino, en el siglo XVII, se las hacía llevar por correo especial desde Portugal.

Inicialmente amarga (todavía hoy se emplea para hacer la confitura), la naranja evolucionó primero hacia la dulzura, de la mano de los árabes, y después hacia el zumo, sobre todo cuando a mediados de siglo XX se puso en marcha la concentración y refrigeración de este. Generalmente de la variedad navel, de las más precoces, con un pequeño embrión en forma de chichón u hoyo en su punto más extremo, suele ser empleada en forma de piel sin pulpa (el 'zeste' de los franceses o de los cócteles); deshecha en gajos (pelados 'a sangre', o sea, sin piel), o en zumo, integrada en salsas de platos como el pato a la naranja.
y de medio limón
1 vaina de vainilla
Vainilla
La auténtica —no hablamos de la que se elabora por síntesis química— nace de la orquídea trepadora, una flor con más de 50 especies, que habitan en la región tropical del planeta. La mejor proviene de la especie 'Vanilla planifolia'. La pequeña vaina (de ahí viene su nombre) se cosecha cuando abandona el color verde para amarillecerse. Después pasa por varios procesos de secado y fermentado, que acaban dándole el aspecto y las propiedades de olor y sabor que conocemos. Tiene un interior lleno de pequeñas semillas y una pulpa ennegrecida, responsable de buena parte de sus propiedades gustativas, gracias al contenido en vanilina. Conservada en botes herméticos, si se cubre con azúcar, este se perfumará, convirtiéndose en azúcar avainillado.
2 ramas de canela
Canela
Fruto del secado de la corteza superficial de un árbol pariente del laurel, en cuyas ramas se hace un corte a lo largo. Al hacerlo, la corteza se va secando y enrollando sobre sí misma, formando los clásicos bastones de la canela en rama, que después pueden ser molidos para hacer la canela en polvo, de sabor más potente pero más alterable. En el mercado, podemos encontrar dos calidades principales y muy diferentes: la canela de Ceilán, la mejor, fina como el papel y mucho más aromática, y la canela de China, menos delgada, menos aromática y con un gusto un poco picante. Tradicionalmente vinculada a la repostería, nuestra cocina emplea también la canela para perfumar platos de carne. Sus propiedades digestivas la asocian a ciertas infusiones como el chocolate y el vino caliente. Hay que conservarla en un recipiente hermético y preservarla de la humedad y la luz.
2 cucharadas de mantequilla de anacardos
Anacardo
Fruto seco producido por un árbol originario del nordeste de Brasil que los indígenas denominaban 'cajú' (los franceses lo denominan 'noix de cajou') y que los portugueses trasladaron a la India por su aclimatación. El fruto se forma en una nuez en forma de judía que sobresale de lo que, aparentemente, es el fruto, pero que no es más que la base de la flor, muy ensanchada. Una vez eliminada la cáscara dura y la piel que lo cubre, puede ser presentado crudo, tostado, o tostado y salado en cóctel de frutos secos.

La cocina hindú suele utilizarlos también en curris y otros guisos, con la precaución de incorporarlos hacia el final de la cocción para evitar que se ablanden y se deshagan, dada su textura más blanda. Una textura que permite convertirlos en una mantequilla comparable a la de cacahuete, aunque más dulce.
(o de cualquier fruto seco)
4 cucharadas de caramelo de dátil (dátiles triturados hasta que se conviertan en crema)
200 ml de agua para cocer el arroz
canela en polvo y ralladura de naranja
Naranja
Fruta originaria del sur de China convertida hoy en habitual gracias a su fácil conservación y transporte; mucho más rápido que cuando el cardenal francés Mazarino, en el siglo XVII, se las hacía llevar por correo especial desde Portugal.

Inicialmente amarga (todavía hoy se emplea para hacer la confitura), la naranja evolucionó primero hacia la dulzura, de la mano de los árabes, y después hacia el zumo, sobre todo cuando a mediados de siglo XX se puso en marcha la concentración y refrigeración de este. Generalmente de la variedad navel, de las más precoces, con un pequeño embrión en forma de chichón u hoyo en su punto más extremo, suele ser empleada en forma de piel sin pulpa (el 'zeste' de los franceses o de los cócteles); deshecha en gajos (pelados 'a sangre', o sea, sin piel), o en zumo, integrada en salsas de platos como el pato a la naranja.
(para decorar)

Preparación

En primer lugar, cocer el arroz para explosionarlo: añadir en una cazuela con 200 ml de agua y cocer a fuego fuerte hasta que absorba todo el líquido.
Aparte, poner la leche con la canela, la vainilla y las pieles de cítrico en una cazuela más grande. Cuando el arroz se haya quedado seco, añadirlo a la leche y cocer durante 45 minutos, removiendo constantemente para que la leche no se enganche en la cazuela y para que el arroz vaya soltando el almidón.
Cuando se haya espesado, añadir la mantequilla de frutos secos y el caramelo de dátiles, y remover para que todo quede muy integrado y homogéneo.
Por último, repartir en vasitos individuales y dejar enfriar a temperatura ambiente. Antes de servir, espolvorear canela en polvo y decorar con ralladura de naranja.