Preparaos para chupar cabezas! De las gambas, está claro, que tienen una salsa natural deliciosa. Pero, también, para degustarlas enteras. Porque buenas lo son y mucho, sobre todo la gamba roja, una variedad apreciada por los gurmets que valoran los productos del Mediterráneo. Podemos encontrarlas todo el año, pero los meses de verano son los mejores.
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La gamba es un producto fantástico que lleva incorporada en la cabeza una salsa natural impresionante. Por eso podemos traerla al campo que más nos seduzca, cruda y poco aliñada, en cebiche, en tiraditos, en sushi, en sashimi o en un tártar. Se tiene que tener claro que para ofrecer un producto crudo, aliñado y poco manipulado, se tiene que ser extremadamente respetuoso con la frescura del marisco, y que la técnica de congelarlo antes de servirlo aporta seguridad alimentaria, y la ley lo exige.
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Las gambas de tamaño medio y grande, a la plancha, sobre una cama de sal son tan fantásticas como a la brasa. Las pequeñas, salteadas son buenísimas. La gamba es un producto tan importante que podemos cocinarla como protagonista de arroces, sartenes y suquets. También combina en platillos de mar y montaña (hace buena pareja con el pollo bien criado).
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La delicada cáscara que lascubre es impecable y sin mácula ni roturas, de aspecto brillante, como si estuviera barnizada. Lo mejor es consumirlas pronto. Conservadlas un par de días en un recipiente en la nevera, cubiertas con agua de mar y hielo. O congeladlas envueltas de una en una, un par de semanas.
Preparación
- Pelar las colas de gamba y abrirlas un chico, no totalmente, por la parte de la barriga.
- Marcarlas por la parte de la espalda, sobre un plancha de cromo, o sobre una sartén antiadherente muy caliente, aliñadas con una gota de aceite y un poco de sal.
- Con la ayuda de dos brochetas, enrollarlas sobre si mismas, con la espalda por fuera, para conseguir una bonita forma de bola. Reservarlas.
- Montar las brochetas, con vegetales al gusto, escaldados con agua y sal y refrescados para parar la cocción. Emplear ramilletes de hierbas en el proceso de escaldado, aportarán perfume y personalidad. Reservar las brochetas en fresco.
- Retirarlas de la nevera 15 min antes de cocerlas. Poner las brochetas sobre una bandeja plana de horno forrada con papel sulfurado, aliñarlas con un hilo de aceite y sal y ponerlas en el horno caliente, a 190 ºC, 2 min 30 s; servirlas justo sacadas del horno.