Preparación
- Para la base: picar las galletas con la batidora y mezclarlas con la mantequilla, fundida. Cubrir la base de un molde de 22 cm con esta mezcla, presionando muy bien, y reservarlo en la nevera.
- Para el relleno: montar la nata líquida con el azúcar y añadir el queso cremoso con la leche condensada. Removerlo todo bien, para que quede muy integrado.
- Calentar el agua y deshacer la gelatina en polvo, removiendo bien. Reservarla para que se tempere un poco.
- Ir añadiendo la gelatina a la mezcla de queso y leche condensada, sin dejar de remover. Verter la mezcla en el molde y reservarlo en la nevera, un mínimo de 5 horas.
- Para el coulis de fresa: retirar los pedículos de las fresas, lavarlas y triturarlas con el azúcar. Calentar el puré resultante en un cazo al fuego y añadir la gelatina en polvo. Hay que procurar que el puré no llegue a hervir. Cuando la gelatina se haya deshecho del todo, retirar el cazo del fuego y reservarlo.
- Retirar el cheesecake del molde y cubrirlo con el coulis de fresa. Dejarlo enfriar al menos 1 hora antes de servir.