Preparación
- Lavar los membrillos, ponerlos en una olla con agua fría y cocerlos, sin pelar, entre 45 min y 1 h, en función del tamaño (procurar que estén siempre cubiertos de agua, durante la cocción). Retirar del fuego y dejar enfriar.
- Pelar y trocear los membrillos, eliminando los corazones.
- En un plato grande, triturar la pulpa hasta que quede como un puré. Ayudarse de una batidora.
- Preparar un almíbar con el azúcar y el agua: verter los dos ingredientes en un bote, remover 10 min, hasta que se disuelva el azúcar, y dejar hervir 2 min.
- Sin que deje de hervir, añadir el puré de membrillo; bajar el fuego y remover de vez en cuando. Mantener a fuego lento hasta que adquiera un color marrón, que puede ir de un tono suave, casi dorado, a un castaño, tipo marron glacé.
- Verter el líquido en un molde y dejar enfriar, primero a temperatura ambiente y después en la nevera. Dejar pasar unas horas o, mejor todavía, comer el día siguiente.