Corvina con pesto de nueces y berenjena escalivada

Por Ada Parellada

Tipo de plato Segundos

Dificultad Media

Rápida y sencilla

Ingredientes

4 supremas de corvina
2 berenjenas
aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.
flor de sal
Flor de sal
Variedad de sal marina apreciada por los gurmets, que se obtiene en las salinas, al cristalizarse en la superficie del agua calentada por el sol, por efecto del contraste térmico con el aire enfriado en la puesta del sol. El proceso da pie a cristales grandes, pero planos, que se mantienen flotando, al ser menos densos que la salmuera de la que han surgido. Los cristales se cosechan manualmente, con enseres especiales que filtran sólo la parte más superficial del charco, y se deja que se acaben de secar antes de envasarlos. De color blanco, al no haber estado en contacto con el fondo donde se forma la sal gris (de cristales cúbicos y grandes), puede presentar tonalidades ligeramente rosadas, generadas por un alga superficial. La forma plana de los cristales permite la fusión rápida en salsas y productos, razón por la cual se incorporan en el último momento.

Para el pesto:

80 g de nueces
60 g de parmesano
40 g de albahaca fresca
120 ml de aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.

Corvina con pesto de nueces y berenjena escalivada

4 supremas de corvina
2 berenjenas
aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.
flor de sal
Flor de sal
Variedad de sal marina apreciada por los gurmets, que se obtiene en las salinas, al cristalizarse en la superficie del agua calentada por el sol, por efecto del contraste térmico con el aire enfriado en la puesta del sol. El proceso da pie a cristales grandes, pero planos, que se mantienen flotando, al ser menos densos que la salmuera de la que han surgido. Los cristales se cosechan manualmente, con enseres especiales que filtran sólo la parte más superficial del charco, y se deja que se acaben de secar antes de envasarlos. De color blanco, al no haber estado en contacto con el fondo donde se forma la sal gris (de cristales cúbicos y grandes), puede presentar tonalidades ligeramente rosadas, generadas por un alga superficial. La forma plana de los cristales permite la fusión rápida en salsas y productos, razón por la cual se incorporan en el último momento.

Para el pesto:

80 g de nueces
60 g de parmesano
40 g de albahaca fresca
120 ml de aceite de oliva
Oliva
Fruto del olivo, que, hasta que se inventó el deshuesador, estaba condenado a convertirse en aceite o a ser un aperitivo. Desde entonces, sin embargo, pudo entrar en la cocina como un ingrediente más, incluso con derecho a cocción. Y también enriquecer el abanico de productos conservados, gracias al relleno. El primero y más tradicional, el de la anchoa, pero hoy con un número interesante de variantes, como el pimiento.

Triturar los ingredientes del pesto hasta conseguir la textura deseada.
Poner las berenjenas en una bandeja, salpimentarlas y untarlas con aceite. Asarlas en el horno, a 180 ºC, durante 30 minutos. Dejarlas enfriar, pelarlas y cortarlas.
En una sartén antiadherente, poner un chorro de aceite y asar las supremas de corvina, por el lado de la piel, a fuego medio y hasta que aparezca una costra. Darles la vuelta y cocerlas por el otro lado. Añadir flor de sal.
Saltear la berenjena en una sartén, a fuego medio, con un chorro de aceite y una pizca de sal.
Servir la corvina con la berenjena asada y el pesto de nueces.