Galletas craquelé de miel y anís

Por Gemma Clofent

Tipo de plato Postres

Dificultad Baja

Vegetariana

Ingredientes

Para unas 50 galletas de 15 g:

350 g harina
Harina
Producto resultante de la molienda de varios cereales o vegetales ricos en almidón, pero que, en Europa y a base de cultura, ha acabado siendo sinónimo de la molienda de un trigo al que se le han retirado el salvado y el embrión para hacerlo más digestible. Las otras harinas existentes suelen traer adjetivos o complementos para poderlas identificar. Con varias calidades, dependiendo del tipo de trigo, del tratamiento y, sobre todo, de la proporción de gluten que tenga, solemos diferenciar entre la harina de repostería, con poco gluten y, por lo tanto, poco panificable, y la harina panadera, que, precisamente gracias a tener más gluten, acepta la fermentación manteniendo prisionero, de manera espontánea, el gas generado. Son harinas especializadas que orientan a los consumidores después de muchos años de harinas indiferenciadas y que, teóricamente, servían para todo.
1 pizca de sal
200 g de azúcar moreno
1 cucharadita de impulsor
1 cucharadita de anís verde
Anís verde
Más conocida como 'matalahúva' cuando se habla de las semillas, esta planta herbácea anual, originaria de Oriente Medio y extendida por el Mediterráneo por los árabes, fue llevada por los españoles a Sudamérica, donde también es muy apreciada.

Aparte de la utilización como ingrediente básico del licor de anís, las hojas frescas, con un toque dulzón, se incorporan en las ensaladas para enriquecerlas o se integran en salsas y sopas. Pero son las semillas las que ocupan un lugar preeminente en nuestra gastronomía y, sobre todo, en la repostería, puesto que casi todos los pasteles tradicionales las incorporan, destacando por encima de todos las 'garlandes' o las 'mones de rotllo' tradicionales. De gusto potente, hay que hacer un uso prudente de él, en la cocina. No así en la farmacopea, puesto que es un gran aperitivo que facilita la digestión.
en polvo
115 g mantequilla
Mantequilla
Resultado del malaxado (mezcla) de la crema de leche obtenida espontáneamente por reposo de la leche cruda o, en más cantidad y artificialmente, por centrifugado. El batido que hace el malaxado concentra más las gotitas de grasa presentes en la leche y cambia su estado, formando un producto sólido en frío, que mantiene entre un 14 y un 16% de agua, a pesar de haber perdido una gran parte.

Por eso, en la cocina, hay que dejar ablandar la mantequilla. O fundirla justo cuando se hace la cocción. De lo contrario, calentada entre 40 y 60 ºC, acaba separando esta agua y formando mantequilla clarificada (el 'ghee' de la cocina india), líquida y con menos tendencia a ranciarse.

Empleada en la cocina europea, como grasa de cocción y, además, como espesante y para untar pan, la crema de leche y la margarina han ido haciéndole sombra en estos usos culinarios.
pomada
85 g miel
1 huevo

Galletas craquelé de miel y anís Gemma Clofent

Ingredientes

Para unas 50 galletas de 15 g:

350 g harina
Harina
Producto resultante de la molienda de varios cereales o vegetales ricos en almidón, pero que, en Europa y a base de cultura, ha acabado siendo sinónimo de la molienda de un trigo al que se le han retirado el salvado y el embrión para hacerlo más digestible. Las otras harinas existentes suelen traer adjetivos o complementos para poderlas identificar. Con varias calidades, dependiendo del tipo de trigo, del tratamiento y, sobre todo, de la proporción de gluten que tenga, solemos diferenciar entre la harina de repostería, con poco gluten y, por lo tanto, poco panificable, y la harina panadera, que, precisamente gracias a tener más gluten, acepta la fermentación manteniendo prisionero, de manera espontánea, el gas generado. Son harinas especializadas que orientan a los consumidores después de muchos años de harinas indiferenciadas y que, teóricamente, servían para todo.
1 pizca de sal
200 g de azúcar moreno
1 cucharadita de impulsor
1 cucharadita de anís verde
Anís verde
Más conocida como 'matalahúva' cuando se habla de las semillas, esta planta herbácea anual, originaria de Oriente Medio y extendida por el Mediterráneo por los árabes, fue llevada por los españoles a Sudamérica, donde también es muy apreciada.

Aparte de la utilización como ingrediente básico del licor de anís, las hojas frescas, con un toque dulzón, se incorporan en las ensaladas para enriquecerlas o se integran en salsas y sopas. Pero son las semillas las que ocupan un lugar preeminente en nuestra gastronomía y, sobre todo, en la repostería, puesto que casi todos los pasteles tradicionales las incorporan, destacando por encima de todos las 'garlandes' o las 'mones de rotllo' tradicionales. De gusto potente, hay que hacer un uso prudente de él, en la cocina. No así en la farmacopea, puesto que es un gran aperitivo que facilita la digestión.
en polvo
115 g mantequilla
Mantequilla
Resultado del malaxado (mezcla) de la crema de leche obtenida espontáneamente por reposo de la leche cruda o, en más cantidad y artificialmente, por centrifugado. El batido que hace el malaxado concentra más las gotitas de grasa presentes en la leche y cambia su estado, formando un producto sólido en frío, que mantiene entre un 14 y un 16% de agua, a pesar de haber perdido una gran parte.

Por eso, en la cocina, hay que dejar ablandar la mantequilla. O fundirla justo cuando se hace la cocción. De lo contrario, calentada entre 40 y 60 ºC, acaba separando esta agua y formando mantequilla clarificada (el 'ghee' de la cocina india), líquida y con menos tendencia a ranciarse.

Empleada en la cocina europea, como grasa de cocción y, además, como espesante y para untar pan, la crema de leche y la margarina han ido haciéndole sombra en estos usos culinarios.
pomada
85 g miel
1 huevo

Galletas craquelé de miel y anís Gemma Clofent

Preparación

Mezclar la mantequilla con el azúcar y la miel. Incorporar el huevo. Incorporar los secos y mezclar hasta formar una bola.
Con las manos, hacer bolitas de 15 g (parecen pequeñas, pero en el horno crecen). Repartirlas sobre la bandeja del horno, con papel de horno. Cocerlas a 180 ºC hasta que se agrieten.