1. Limpiar muy bien las setas, cortarlas y ponerlas en una sartén caliente, en seco. Esperar a que suelten el agua y que se evapore, retirarlas y reservarlas.
2. En la misma sartén, poner un hilo de aceite de oliva y los dientes de ajo laminados, y sofreírlos. Cuando los ajos empiecen a coger color, volver a incorporar las setas, con unas cuantas hojas de romero.
3. Saltearlo unos minutos y reservar.
4. Batir ligeramente los huevos, salpimentarlos y verterlos en una sartén con aceite de oliva y un poco de mantequilla. Remover con una cuchara de madera, sin parar y a fuego muy bajo. Si hace falta, se puede retirar la sartén del fuego eventualmente, para mantener una temperatura muy baja.
5. Continuar la cocción hasta que los huevos tengan una textura consistente y cremosa (no tienen que cuajar).
6. Al final, añadir la mantequilla restante, mezclar bien y servir con las setas salteadas y el romero fresco.