Macedonia de frutas con granizado de naranja

Por Ada Parellada

Tipo de plato Postres

Dificultad Baja

Sin
gluten Sin
lactosa Con niños

Ingredientes

1 plátano
Plátano
Fruto del platanero, planta tropical emparentada con las orquídeas, tenido por originario de Malasia, pero presente también en la India, donde una leyenda similar a la de Adán y Eva lo asocia con el origen de los humanos. De medida más o menos grande, los frutos se agrupan en racimos, que, a su vez, se dividen en 'manos' de unas cuantas unidades, todo ello colgando del árbol con los plátanos mirando hacia arriba.

Extendido después en las zonas cálidas de todo el mundo, fue a principios del siglo XX, con la mejora de los transportes, cuando esta fruta se popularizó mudialmente y pasó a ser un recurso permanente de nuestra despensa, gracias a la producción continua y a la mejora de los procesos de maduración y conservación.

Mientras que en los países tropicales ciertas variedades de plátano han entrado en la cocina, en nuestros lares el consumo suele ser directo, con ciertos usos en respostería.
1 kiwi
Kiwi
Fruto originario de China, donde ya era conocido y consumido hacia el año 1000 aC. Pero fue menester esperar hasta principios del siglo XX para que llegara a Nueva Zelanda —donde fue mejorado—, y hasta mediados del siglo XX para su difusión mundial. Bautizado primero como 'grosella de la China', la necesidad de un nombre comercial y el parecido lejano con el pájaro símbolo de aquel país, el kiwi, hizo que recibiera tal nombre. Recomendable tanto por sus cualidades nutritivas —tiene más vitamina C que la naranja— como por el hecho de que madura una vez se ha cosechado. A nuestra voluntad. Parado por el frío, el proceso se retoma al ponerlo a temperatura ambiente. Incluso se puede acelerar, poniéndolo en una bolsa con una manzana o una banana. Las semillas negras que rodean el corazón de color claro son comestibles, pero hay que eliminarlas si hacemos zumo porque, trituradas, lo amargan.
1 manzana
uva negra

Para el granizado:

1 l de zumo de naranja
Naranja
Fruta originaria del sur de China convertida hoy en habitual gracias a su fácil conservación y transporte; mucho más rápido que cuando el cardenal francés Mazarino, en el siglo XVII, se las hacía llevar por correo especial desde Portugal.

Inicialmente amarga (todavía hoy se emplea para hacer la confitura), la naranja evolucionó primero hacia la dulzura, de la mano de los árabes, y después hacia el zumo, sobre todo cuando a mediados de siglo XX se puso en marcha la concentración y refrigeración de este. Generalmente de la variedad navel, de las más precoces, con un pequeño embrión en forma de chichón u hoyo en su punto más extremo, suele ser empleada en forma de piel sin pulpa (el 'zeste' de los franceses o de los cócteles); deshecha en gajos (pelados 'a sangre', o sea, sin piel), o en zumo, integrada en salsas de platos como el pato a la naranja.
1 limón
Limón
Originario de la Asia más lejana e introducido en la península Ibérica por los árabes en el siglo XI, después de haberlo aclimatado al Mediterráneo, el limón no accedió a la cocina hasta muy entrado el siglo XV, para sustituir el agraz (zumo de uva verde) en muchos preparados. A partir de aquí, su expansión lo llevó hasta el contintento americano, con Colón, en su segundo viaje. Con variedades de medida y acidez variables, el limón tiene buena parte de los aromas y los aceites esenciales concentrados en las pequeñas ampollas de su coloreada piel, en contraste con la aspereza que suele conferir la pulpa. De ahí que muchas recetas gastronómicas prefieran esta piel delgada (el 'zeste', como la llaman los franceses) y no el zumo, destinado preferentemente a tareas de maceración. Por otro lado, una opción interesante y a la vez emergente, aunque poco conocida, es la de los limones confitados con sal, que nos llegan de la cultura norteafricana.
250 g de azúcar

Macedonia de frutas con granizado de naranja Ada Parellada

Ingredientes

1 plátano
Plátano
Fruto del platanero, planta tropical emparentada con las orquídeas, tenido por originario de Malasia, pero presente también en la India, donde una leyenda similar a la de Adán y Eva lo asocia con el origen de los humanos. De medida más o menos grande, los frutos se agrupan en racimos, que, a su vez, se dividen en 'manos' de unas cuantas unidades, todo ello colgando del árbol con los plátanos mirando hacia arriba.

Extendido después en las zonas cálidas de todo el mundo, fue a principios del siglo XX, con la mejora de los transportes, cuando esta fruta se popularizó mudialmente y pasó a ser un recurso permanente de nuestra despensa, gracias a la producción continua y a la mejora de los procesos de maduración y conservación.

Mientras que en los países tropicales ciertas variedades de plátano han entrado en la cocina, en nuestros lares el consumo suele ser directo, con ciertos usos en respostería.
1 kiwi
Kiwi
Fruto originario de China, donde ya era conocido y consumido hacia el año 1000 aC. Pero fue menester esperar hasta principios del siglo XX para que llegara a Nueva Zelanda —donde fue mejorado—, y hasta mediados del siglo XX para su difusión mundial. Bautizado primero como 'grosella de la China', la necesidad de un nombre comercial y el parecido lejano con el pájaro símbolo de aquel país, el kiwi, hizo que recibiera tal nombre. Recomendable tanto por sus cualidades nutritivas —tiene más vitamina C que la naranja— como por el hecho de que madura una vez se ha cosechado. A nuestra voluntad. Parado por el frío, el proceso se retoma al ponerlo a temperatura ambiente. Incluso se puede acelerar, poniéndolo en una bolsa con una manzana o una banana. Las semillas negras que rodean el corazón de color claro son comestibles, pero hay que eliminarlas si hacemos zumo porque, trituradas, lo amargan.
1 manzana
uva negra

Para el granizado:

1 l de zumo de naranja
Naranja
Fruta originaria del sur de China convertida hoy en habitual gracias a su fácil conservación y transporte; mucho más rápido que cuando el cardenal francés Mazarino, en el siglo XVII, se las hacía llevar por correo especial desde Portugal.

Inicialmente amarga (todavía hoy se emplea para hacer la confitura), la naranja evolucionó primero hacia la dulzura, de la mano de los árabes, y después hacia el zumo, sobre todo cuando a mediados de siglo XX se puso en marcha la concentración y refrigeración de este. Generalmente de la variedad navel, de las más precoces, con un pequeño embrión en forma de chichón u hoyo en su punto más extremo, suele ser empleada en forma de piel sin pulpa (el 'zeste' de los franceses o de los cócteles); deshecha en gajos (pelados 'a sangre', o sea, sin piel), o en zumo, integrada en salsas de platos como el pato a la naranja.
1 limón
Limón
Originario de la Asia más lejana e introducido en la península Ibérica por los árabes en el siglo XI, después de haberlo aclimatado al Mediterráneo, el limón no accedió a la cocina hasta muy entrado el siglo XV, para sustituir el agraz (zumo de uva verde) en muchos preparados. A partir de aquí, su expansión lo llevó hasta el contintento americano, con Colón, en su segundo viaje. Con variedades de medida y acidez variables, el limón tiene buena parte de los aromas y los aceites esenciales concentrados en las pequeñas ampollas de su coloreada piel, en contraste con la aspereza que suele conferir la pulpa. De ahí que muchas recetas gastronómicas prefieran esta piel delgada (el 'zeste', como la llaman los franceses) y no el zumo, destinado preferentemente a tareas de maceración. Por otro lado, una opción interesante y a la vez emergente, aunque poco conocida, es la de los limones confitados con sal, que nos llegan de la cultura norteafricana.
250 g de azúcar

Macedonia de frutas con granizado de naranja Ada Parellada

Preparación

Para el granizado: con la ayuda de un adulto, cocer el zumo de naranja con el azúcar durante 5 minutos. Ponerlo en un recipiente bastante ancho e introducirlo en el congelador. Hay que remover el granizado con un tenedor cada 30 minutos, para romper los cristales de hielo demasiado grandes. Quizá se tendrá que hacer unas cuatro veces, hasta que coja consistencia de granizado.
Pelar el plátano, el kiwi y la manzana. Cortarlos tan pequeños como sea posible. Cortar los granos de uva por la mitad y, si se tiene la suficiente paciencia, retirar las semillas.
Poner la fruta en un recipiente individual, coronarla con el granizado de naranja y la macedonia ya estará lista para servir.