Preparación
- Para las especias cajún: mezclar todos los ingredientes.
- Para el buttermilk: en un cazo, calentar la leche a 60 ºC y retirarla del fuego. Añadir el zumo de los limones y dejarlo enfriar.
- Para el pollo: en una olla con agua, poner a hervir las patas de pollo (sin piel) con una cucharada de las especias cajún. Cuando haya arrancado el hervor, cocerlo a fuego medio 45 min.
- Retirarlo, dejarlo enfriar y ponerlo en una fiambrera en la nevera, totalmente cubierto con el buttermilk, una noche. Este proceso se hace para mantenerlo más tierno y jugoso a la hora de servirlo.
- El día siguiente, llenar una cazuela ancha de aceite hasta la mitad y calentarlo a 175 ºC.
- En un recipiente, mezclar la harina, el almidón y las especias para el rebozado.
- Ir sacando el pollo del buttermilk y rebozar con la mezcla anterior. Presionar bien con las manos, para que la harina se enganche al pollo.
- Freírlo unos minutos, hasta que se dore. Escurrir el aceite extra en papel de cocina. Salarlo.
- Para las patatas: lavar las patatas con cáscara, para sacar la tierra. Cortarlas a lo largo, tipo canoa o rústica, y volverlas a lavar, para que pierdan almidón. Enjugarlas.
- En una cazuela ancha con aceite hasta la mitad, freír las patatas a 130 ºC. Es importante que la primera cocción sea más una confitura que un freído, lo cual hará que la patata quede tierna por dentro. Sacarlas y reservarlas.
- Subir el fuego a 180 ºC y volverlas a freír en varias tandas, hasta darles el dorado final. Quedarán doradas por fuera y tiernas por dentro.
- Servir el pollo con las patatas y los pepinillos.