Preparación
- Limpiar el pollo. Sacarle el cuello y las patas. Hacer cortes. Salpimentarlo.
- Pasar los cortes de pollo por la canela y, después, por la harina blanca. Freírlos en una sartén con aceite. Procurar que los cortes se cuezan despacio para que la canela no se queme. Después, reservarlos.
- Pasar el aceite por el colador y abocarlo en una cazuela. Añadir la cebolla cortada a trocitos muy pequeños y un poco de tomate rallado. Dejarlo cocer un poco y, a continuación, colocar el pollo que habíais reservado. Añadir un vaso de agua y dejar que se cueza hasta que quede muy tierno. Si hace falta, añadir un poco más de agua o caldo de gallina.