Jamón cocido
También lo tendríamos que denominar 'jamón de York', al ser en esa villa británica donde, en 1860, lo vendía Robert Burrow Atkinson. Con tanto éxito que se empezó a reclamar por todas partes, en otras tocinerías, jamón al estilo de York.
Generalmente está hecho con el muslo del animal, y adopta el aspecto de bloque rodeado de gelatina con la forma del envase donde ha sido metido y cocido.
Salado, tradicionalmente, por masaje, con salmuera, hoy suele prepararse por inyección de sal, facilitando, así, el proceso de absorción del agua, que le hace ganar volumen y suavizar la textura durante la cocción.
Empleado, mayoritariamente, en bocadillos fríos o calientes, el jamón cocido también tiene un protagonismo culinario importante en ensaladas, rellenos o preparados rebozados, al margen de los de la cocina aristocrática, donde se ofrecía con varias salsas.